❥ 🇸 🇪 🇮 🇸 

Decidí que si lo iba a hacer, Jake dijo que era estimulante, así que saltaría por el acantilado, para desestresarme un poco.

No quiero parecer suicida ni nada de eso.

Ya había llegado a mi más alto ¿Qué si estaba loca?

Si, demasiado.

« No lo hagas » la voz de Edward diciéndome eso ya no me iba a detener, solo quería saltar, salir y seguir mi vida.

Nada más.

—Querías que fuera humana, Edward ¡Mírame!—reté empezando a bajar el cierre de mi casaca, para quedar solo en prendas no pesadas.

« ¡Por favor! Por mi »

—Ya no se trata de ti, Cullen. Solo necesito hacer esto.—miré el agua.

« ¡Ashby! Por favor, te lo suplico. No lo hagas »

Salté y al instante si me arrepentí, olvidé mi pánico a las alturas, las mariposas no tardaron en aparecer en mi estómago.

Caí al agua y al instante sonreí al salir a la superficie, el agua helada hacía que mis músculos se destensaran.

Mi felicidad se vió interrumpida por una enorme ola, una que me empujó y me obligó a hundirme, ola tras ola me hundían.

Vi una cabellera pelirroja en el mar y la pude reconocer como Victoria, traté de nadar hacía atrás pero me golpeé la cabeza.

—Respira ¡Respira!—escuchaba una voz conocida, —Vamos, Ly, respira.

Mi cuerpo estaba helado y de repente empecé a toser y escupir agua, me reincorporé, aún tosiendo y sintiendo mi garganta arder.

—¡Ly! ¿Ly puedes oírme?

—Merlín, en serio el mundo está contra mi.—susurré volviendo a cerrar los ojos, quejándome.

Oí a Jake reír y me levantó en sus brazos, —¿En qué estabas pensando?

—Solamente quería ver algo, y desestresarme un rato.

—¡Llévala a casa!—escuché a Sam gritar.

—¡Hola, fortachón!—grité como pude, saludando a Sam.

—¡No quiero que vuelvas a intentar eso, cachorra!—se quejó el alfa.

—¡Copiado, capitán!—volví a cerrar los ojos un rato.

Tenía una buena relación con todos los de la reserva, aún antes de saber que eran lobos, me trataban como alguien más de la familia.

Y siempre me dijeron cachorra. Ahora sabía el por qué.

—¡Voy a casa de Harry a ver como ayudamos!—dijo para luego irse.

—¿Qué pasó?—pregunté.

—Harry Clearwater tuvo un infarto. Charlie y mi papá están con su familia.

—¿Está bien?

Harry era un buen amigo de Charlie, y mío también.

—Falleció .

—Ay por Dobby...

—Vamos, te daré ropa seca y te llevaré a casa.—me cargó

—Estoy a cuarenta y dos grados.—dijo cuando me vió temblando de frío.

Me acerqué a él y pude sentir que el si estaba caliente, su temperatura me ayudaba a recuperar mi calor corporal normal.

Me acurruqué en su hombro, cerrando un poco los ojos.

—Mis manos están congeladas, yo estoy congelada, pero me encanta.—sonreí, —Debe ser grato pero horrible nunca sentir frío.

—Es cosa de lobos.

—No lo es, es cosa de Jake. Eres cálido, es como estar al sol sin llegar a quemarte.

—¿Te sientes mejor?—preguntó Jacob, ya habíamos llegado a mi casa, —¿Ahora que sabes todo sobre mi?

—Pero...—adiviné.

—Viste lo que le pasó a Emily, Sam se enojó, se descontroló por un segundo, ella estaba cerca de él. El no podrá regresar el tiempo, si me enojo contigo podría hacerte daño. Y no me gustaría eso, Ly. A veces, siento que voy a desaparecer.

—Sé que no necesitas que, que te diga algo como esto pero siempre lo haré, no vas a perderte. No dejaré que eso pase.

—¿Cómo?

—Te diré todo el tiempo lo especial que eres.

Lo abracé y le agradecí.

—Espera.—cerró la puerta que ya había abierto.

—¿Qué?

—Hay un vampiro.

—¿Cómo sabes?

—Lo estoy oliendo, te sacaré de aquí.—prendió mi carro

—Es el auto de Carlisle, debe ser el.

—¡Ly, es una trampa!—gritó Jake, yo ya estaba llegando a la entrada, —Espera ¡Ven conmigo!

Agarró mi brazo haciéndome voltear.

—No me harán daño.

—Si Cullen volvió aquí este es su territorio, según el tratado sólo puedo protegerte en nuestras tierras, no puedo protegerte aquí.

—No lo hagas, no tienes que.

—Estás por cruzar la línea.

—Entonces no lo marques, por favor.

Entré a mi casa y todo estaba oscuro, parecía que no había nadie.

Prendí la luz y me asusté cuando volteé, —¡Merlín, Alice! Casi me matas del susto.

Me lancé a abrazarla, la había extrañado demasiado.

—¡Aby!—exclamó, algo asustada y con tono de reproche.

—Lo siento, aún no puedo creer como es que estas aquí.

—¿¡Quieres explicarme cómo es que estás viva!?

—Pues, respirando, ni modo.

—¡Aby!—regañó, —Tuve una visión tuya, saltaste de un precipicio ¿¡Por qué rayos estás tratando de matarte!? ¿¡Qué pasaría con Charlie!? ¿¡Con tu tía Lyra, tus primos!? ¿¡Qué pasaría con tus pa...!?

—¡No trataba de matarme, hadita!. Era un clavado, solo eso. Fue algo divertido a decir verdad.

La invité a sentarse en el sillón de la casa.

—Jamás he conocido a alguien tan propenso en poner en riesgo su vida, en serio eres única, Aby.

—¿Tú? ¿Tú le dijiste a...?

—No, se pondría como loco, además el solo llama de vez en cuando. Dice que quiere estar solo.

Yo solo bajé la mirada hacia mis manos, jugando con ellas.

—Aly, ¿Qué es ese asqueroso olor a perro mojado?—preguntó Alice, asqueada.

—Am, es probable que sea yo.—me paré, —O Jacob.

—¿Qué Jacob?

—Jacob Black, es un...hombre lobo.

—Agh, Aby, ¡Los hombres lobo no son una buena compañía!

—Habla por ti misma.—respondió una tercera voz, Jake, —Quería ver que estuvieras a salvo.

Alice se paró de golpe.

—Pensé que no podías protegerme aquí.

—No me importó.

Le sonreí tiernamente.

—Yo nunca le haría daño.—intervino Alice.

—Lo sé, eres una inofensiva Cullen, hablo de la otra chupasangre que trató de matar a Ly por culpa de ustedes.

—¿Victoria?—Alice me miró.

—Si, ella ha estado por aquí.

—Yo...no la vi, así como tampoco vi que te sacaran del agua. No pude verla por ti y tus malditos perros.

—¡Alice!—regañé.

—No me provoques, o esto será muy feo.—dijo Jacob entre dientes.

—Oigan esperen, basta, basta, basta.—me puse en medio de ambos.

—Te daré un minuto, volveré en cuanto tú calmes al can.—y así Alice se fue.

Me volteé hacia Jake.

—¿Hay otros? ¿Cuántos Cullen vinieron y cuántos se quedarán?

—No, solo Alice y se quedará el tiempo que ella desee.

—¿Y los otros? ¿Van a venir?

Caminó tras mío, yo iba por algo de comer.

—No, no que yo sepa ¿Algo más?

—Es todo.

—Bueno si eso es todo deberías volver corriendo con Sam.

—Lo hice otra vez, sigo rompiendo mi promesa.

—No es eso, Jake te quiero mucho y no me gusta pelear contigo. Pero Alice es como mi hermana y se puede quedar conmigo todo el tiempo que ella quiera.

—Ly, sabes de mis sentimientos.

Ahí vamos de nuevo, ya sabía que Jacob estaba enamorado de mi, pero yo no de él.

El teléfono de la casa sonó y Jake tuvo que contestar, —Familia Mendoza. No está aquí ahora, está coordinando un funeral.

Fruncí el ceño, Jacob colgó de golpe.

—¿Quién era? ¡Jake!—insistí.

—Siempre estorbando.

—¿Quién era?

—Ly, apártate.

—¿¡Qué quién era!?

—¡Aly! ¡Es Edward! Piensa que estás muerta, Rosalie le dijo por qué vine.—Alice llegó.

—¿Por qué? ¿¡Por qué no me dejaste hablar con él!? ¿¡Por qué!?—me giré a el lobo.

—¡No preguntó por ti!—respondió Jake.

—Ashly...—llamaba Alice agarrando mi brazo.

—¡No me importa si no preguntó por mi!

—¡Ashly!—Alice me agarró por los hombros, —Fue con los Vilturis, también quiere morir.

—¡No!

Y ahí el mundo se me vino abajo, si es que aún podía, Edward quería morir porque el pensaba que yo estaba muerta.

Pero yo no lo estaba, y el iba a morir por una cosa que no era real.

Salí corriendo de la casa, junto a Alice.

—El te dejó, Ashly. El ya no te quería ¿Recuerdas?—me recordaba mi "mejor amigo"

—No me importa, Jacob. Pero no dejaré que se mate por sentirse culpable.

Me subí de copiloto en el auto de Carlisle.

—¿Y qué hay de Charlie? Y tus padres.

—Le dejé una nota a Charlie, y dudo que mis padre noten mi ausencia, además tengo dieciocho años. Soy libre de irme.

—Por favor, solo quédate. Quédate, Ly. Por Charlie, por tu tía Lyra, por Lynette y Armin, por tu tío Arturo. ¿Por mi?

—Tengo que irme.

Jacob sacó su cuerpo del auto, quedando solo sus manos apoyadas en la ventana, —Te lo suplico. Ly...

—Lo lamento, Jake. Tengo que.

Se alejó del auto.

—Okey.—Alice empezó a conducir.

Ya habíamos viajado en auto y en avión.

Alice había tomado prestado otro auto, no sabía a donde íbamos pero íbamos a salvar a Edward.

—Supongo que no rentaste este auto.—dije intentando adaptarme a la velocidad.

—Imaginé a que en una situación así no te opondrías a que lo robara.—sonrió.

Vi como parecía tener una visión.

—¿Qué? ¿Qué ves?

—Lo rechazaron, Aby. Va a dar un espectáculo, mostrándose a los humanos.

—¡No! ¿Cuándo?

—Esperará hasta el medio día con el sol en su punto más alto.

De tan solo imaginarme que le hicieran algo a Edward, me dolía demasiado.

—Alice tienes que apresurarte.

—¡Ahí está Volterra!

Era una ciudad de la provincia de Pisa, en la región de la Toscana, Italia. La ciudad es muy bonita. Alice se metió por unas calles angostas. Se detuvo cuando vio a mucha gente.

—¿Por qué visten de rojo?—pregunté al ver a las personas con capas de color rojo intenso.

—Por el festival de San Marcos, conmemoran la expulsión de vampiros de la ciudad. El escenario perfecto, los Vulturis no permitirán que se muestre a los humanos.

—Faltan cinco minutos.—me latía el corazón demasiado rápido, tenía mis manos en la cabeza.

—Lo sé, Aby respira, tranquilízate.

—¡Alice! ¡El amor de mi vida se quiere matar y lo puedo perder para siempre! ¡No puedo estar tranquila!

Carajo "El amor de mi vida" ¿En serio dije eso?

En serio doy pena ajena.

—Alice.—me quejé cuando la hadita literalmente me botó del auto.

—Eres la única a la que no sentirá llegar, Aly. Si yo voy leerá mis pensamientos y se precipitará a hacerlo.—explicó.

—¿A-a dónde voy?

—Al pie de la torre del reloj ¡De prisa!

Empecé a correr por donde sea, esquivando a la gente. Esta ciudad tenía muchas calles.

Vi la torre de reloj a lo lejos, ya no me faltaba mucho.

—Perdón, lo siento, con permiso.—decía cuando chocaba con personas.

El reloj sonó, indicando el medio día. Lo vi parado, empezando a desabrocharse la camisa.

Corrí más rápido por la fuente, casi me caigo unas cuatro veces, —¡No!

Ya estaba un poco fuera, la luz le llegó a dar en su torso, cuando llegué lo abracé.

—¡Por Merlín, Edward! ¡Estás loco!

Me aferré a él, una mano en su nuca y la otra en su hombro, sentí como agarró mi cintura y mi cabello, pegándome a él.

—Cariño...—susurró y noté como sonrió en mi cabello.

—Tienes que irte de aquí.—empujé su pecho hacia atrás, —Abre los ojos, por favor ¡Edward mírame! Estoy viva. Tienes que detenerte.

—Ashby...—lo empujé a dentro y la puerta se cerró.

—En serio estás loco.—apoyé mis manos en su pecho y recosté mi cabeza en su cuello.

—Estás aquí.

—Si, ¡Por Merlín! Ni que fuera un holograma.

—Y con el mismo humor de siempre.—sonrió, —Estás viva.

—Muy viva...Tenía que hacer que me vieras otra ves, que supieras que estaba viva y no te sintieras culpable. Ya cumplí mi misión, ahora puedo irme en paz......eso sonó como a una película, tengo que recordarlo.—murmuré lo último algo rápido.

—No, no te vayas. Nunca te dije la verdad cuando me fui, nunca quise decir eso, todo era mentira, Ashby. No podía vivir en un mundo donde no existieras. Pero me creíste con mucha facilidad.

—Demonios..tengo que dejar de creer en todo. Además yo no soy nada.

—¿Nada? Tú eres todo para mi, lo eres todo.

En serio ya puedo morir en paz, aunque mejor no.

—Te amo.—dijo colocándome un mechón detrás de la oreja.

—Yo también te amo.—respondí mirándolo.

El solo me besó, lo extrañaba y el a mi.

Nos interrumpieron dos personas, o vampiros.

Edward me puso tras el, queriendo protegerme, —No necesitaré sus servicios después de todo.

—Aro quiere volver a hablar contigo.—dijo uno.

—Ninguna regla se rompió.

—Aún así deberíamos seguir esta charla en un lugar más apropiado.—siguió el otro.

—Bien, Ashby, ¿Por qué no vas a disfrutar del festival?

—La chica viene con nosotros.

—No, vete al infierno.—se opuso.

La puerta se abrió dejando ver a Alice cubierta, —Vamos chicos, es un festival. No querrán hacer una escena.

—No lo haríamos.

—Suficiente.—dijo una rubia llegando, ojos rojos como la sangre, al igual que los otros dos.

—Jane...—susurró Edward, el y Alice parecían tener algo de miedo.

—Aro me envió a ver por qué tardaban tanto.—anunció y se fue.

Edward empezó a caminar y Alice igual, ella a mi lado.

—Solo has lo que te digan.—avisó la hadita.

Le dieron una capa roja a Edward y nos adentramos dentro de su castillo.

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Author's note:

¡Hola bbs!

¿Cómo están? ¿Ya comieron? :)

¡Ahora si se viene lo bueno!

AAAAAA, bueno. Algunas partes que vienen están algo cambiadas, no se asusten ni crean que eso está en la película original o en los libros, porque no es así :p

Gracias x todo.

Lxs amo <3

Att: 𝙰𝚕𝚒𝚜𝚜𝚘𝚗 ♡︎✍︎

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